Calidad de vida en pacientes con infecciones moderadas y graves

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La lucha contra la RAM y estrategias para contrarrestarla

Las causas de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) incluyen a menudo el uso inadecuado y excesivo de antibióticos que, con el tiempo, ha dado lugar a resistencia bacteriana(1) y a la necesidad de desarrollar nuevas moléculas para combatir un problema cada vez más alarmante.(2) De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) está comprometida en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos, considerada una de las amenazas para la salud pública más graves del siglo XXI.(3)

En 2021 el ECDC (Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades) publicó su informe anual basado en los datos proporcionados por la Red Europea de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos (EARS-Net), una red que recopila datos de 29 países de la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo (UE/Países del EEE) seleccionados por su importancia clínica y microbiológica.

El documento puso en evidencia una situación bastante variada a nivel europeo; de hecho, la resistencia a los antibióticos muestra importantes diferenciaciones según la bacteria, el grupo de antimicrobianos y la región geográfica. Es probable que esta variabilidad se deba a diferencias en el uso de antibióticos, métodos de control de infecciones y prevención y sistemas de prestación de atención de la salud.(4) 

En general, en 2021, la especie bacteriana referida más comúnmente fue E. coli (39,4% de todos los casos referidos), seguida por S. Aureus (22,1%), K. Pneumoniae (11,9%), E. Faecalis (8,8%), E. Faecium (6,2%), P. Aeruginosa (6,1%), Acinetobacter spp. (3,0%) y S. pneumoniae (2,5%).(5)

Las causas de la resistencia a los antibióticos son complejas. Incluyen un uso innecesario de antibióticos, que aumenta la presión selectiva sobre las bacterias y favorece la aparición y multiplicación de cepas resistentes.(6)Las infecciones bacterianas requieren una acción rápida, que no siempre puede esperar un diagnóstico preciso y la identificación exacta del patógeno.(7)

La resistencia a los antibióticos es un desafío que debe enfrentarse globalmente, mediante la implementación de programas y políticas que mejoren el nivel de salud global.(1) La Estrategia Mundial de la OMS para contener la resistencia a los antimicrobianos (2001) proporciona un marco de intervenciones para ralentizar la aparición y reducir la propagación de microorganismos resistentes a los antimicrobianos, tales como:

  • fortalecimiento de los sistemas de salud y de su capacidad de vigilancia;
  • acceso garantizado a los antibióticos adecuados y promoción de su uso apropiado;
  • cumplimiento de los reglamentos y de la legislación sobre ventas y producción;
  • fomento de soluciones innovadoras para el uso de estos medicamentos.(6)

El fortalecimiento de la vigilancia de la resistencia a los antibióticos es necesario para recopilar la información sobre el alcance y la tendencia de la RAM en un área(6), sobre el uso de antibióticos por parte de pacientes y profesionales de la salud(8) y sobre la eficacia de las intervenciones implementadas.(9)

Cambios en el estilo de vida de pacientes con infecciones graves: problemas interpersonales, trastornos mentales y dificultades en el día a día

El cerebro logra detectar y regular la inflamación localizada o sistémica a través de estructuras cerebrales y nervios específicos, que transmiten la señal inflamatoria detectada al sistema nervioso central. 

Las inflamaciones son identificadas específicamente por el nervio vago, mientras que las estructuras cerebrales perciben e integran estos mensajes, y responden activando varios sistemas orgánicos como el hormonal. En particular, la activación neuronal y endocrina se caracteriza por la liberación de cortisol, la principal hormona del estrés, y por cambios de comportamiento que afectan el estado de ánimo, la atención, el sueño y el apetito.

Esta respuesta tiene como objetivo controlar la inflamación: de hecho, una infección grave puede desencadenar este mecanismo de defensa desarrollado por el organismo para combatir el estrés inflamatorio. Una infección grave como la sepsis puede asociarse con trastornos psicológicos como ansiedad, depresión y trastorno por estrés postraumático. Es posible que estas condiciones lleguen a aumentar el riesgo de suicidio y producir un impacto duradero, a nivel personal, social y profesional, en la calidad de vida de los pacientes con infecciones.(10) 

Por lo tanto, un mayor grado de comprensión y conocimiento de la perspectiva de los pacientes que enfrentan este tipo de infecciones es esencial para mejorar la atención sanitaria centrada en la persona.(11)  

El impacto del aislamiento en pacientes con infecciones

Las infecciones hospitalarias causadas por bacterias superresistentes, es decir, cepas resistentes a la mayoría de los antibióticos, son cada vez más frecuentes en los hospitales de todo el mundo. Las distintas estrategias de contención adoptadas incluyen el aislamiento - incluso preventivo - de los pacientes.(12)  El objetivo es prevenir la transmisión de patógenos resistentes a los antibióticos, aquéllos que son altamente contagiosos o pueden causar infecciones graves.(13) 

En general, las precauciones de aislamiento hospitalario, especialmente si se implementan de manera preventiva, son de corto plazo y no producen estrés en el paciente. De hecho, un estudio que investiga el impacto psicológico de las medidas de aislamiento a corto plazo en pacientes hospitalizados, publicado en el Journal of Hospital Infection en 2010, no reveló ninguna diferencia en los niveles de ansiedad y depresión entre los pacientes en aislamiento a corto plazo y los pacientes no aislados. En la mayoría de los casos, los pacientes aislados mostraron una actitud positiva hacia las precauciones adoptadas para prevenir infecciones.(12) 

Sin embargo, otros estudios demostraron que el hecho de encontrarse en un espacio limitado sin ningún contacto con sus familiares había generado estados de ansiedad y preocupación en los pacientes. Las mujeres tenían más miedo de transmitir la infección a los visitantes, mientras que los hombres mostraban un enfoque más racional, tendiendo a una mejor tolerancia del aislamiento. Por otro lado, los ancianos se sentían tristes y solos.(14) 

No es siempre fácil aislar a los pacientes, especialmente cuando no entienden la verdadera necesidad de esta medida y cuando la ansiedad y el miedo producen un comportamiento menos colaborativo.(13) 

Por lo tanto, es necesario encontrar alternativas para prevenir los efectos psicológicos negativos asociados al aislamiento, sin comprometer la estrategia de prevención de las infecciones. Por ejemplo, los hospitales deberían siempre mantener actualizado a su personal y concentrarse en ciertos aspectos, como la disposición de las habitaciones en las salas, el tiempo de contacto con los pacientes (tanto para el personal sanitario como para los visitantes) y una comunicación más eficaz de la información. Además, la evaluación de riesgo debe hacerse de manera personalizada para cada paciente. (14) 

Involucrar a pacientes y cuidadores para prevenir infecciones

Para prevenir y reducir las infecciones hospitalarias, se deben considerar factores humanos y aspectos relacionados con la transmisión de agentes infecciosos, especialmente en el caso de bacterias superresistentes. La participación de pacientes, familiares y cuidadores es fundamental para mejorar la seguridad sanitaria.

Por ende, en los centros sanitarios, pacientes y visitantes deben estar bien informados sobre qué hacer para evitar las infecciones y prevenir su propagación.

Por lo tanto, cuando sea posible, los profesionales sanitarios deben:

  • explicar los procesos de prevención y control de infecciones a pacientes y cuidadores;
  • involucrar a pacientes y cuidadores en el proceso y en la prestación de atención; 
  • asegurarse que pacientes y cuidadores sepan que pueden hacer preguntas a los profesionales sanitarios.

Pueden resultar útiles materiales informativos como folletos y carteles, al igual que vídeos sobre higiene de manos, tanto para los pacientes como para los visitantes.(15) Además, es importante que los pacientes informen sobre el personal que no adopta prácticas de higiene seguras.(16)

Por lo que se refiere a los equipos de protección personal (EPI), se debe proporcionar información a los pacientes y familiares sobre su uso, junto con una demostración de cómo ponérselos y quitárselos. También es útil explicar las medidas que se adoptan en el hospital para prevenir la propagación de infecciones, y los riesgos asociados al uso inadecuado de antibióticos, contestando a las preguntas con explicaciones claras y directas.(16)

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Sources
  1. WHO, Antimicrobial resistance 
  2. Barcellona Institute for Global Health, The 4 Battlefronts in the War Against Antibiotic Resistance
  3. World Health Organisation, Antimicrobial resistance: global report on surveillance 2014. 2014
  4. ECDC – World Health Organization (European Region), Surveillance of antimicrobial resistance in Europe, 2021 data.
  5. European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC), Antimicrobial resistance in the EU/EEA(EARS-Net) - Annual epidemiological report for 2021
  6. WHO. Anti-Infective Drug Resistance Surveillance and Containment Team. WHO Global Strategy for Containment of Antimicrobial Resistance. 2001 https://www.who.int/drugresistance/WHO_Global_Strategy_English.pdf
  7. Michael CA, Dominey-Howes D, Labbate M. The antimicrobial resistance crisis: causes, consequences, and management. Front Public Health. 2014; 2: 145 10.3389/fpubh.2014.00145
  8. WHO, The evolving threat of antimicrobial resistance: Options for action, 2012
  9. WHO, Global action plan on antimicrobial resistance, 2015
  10. Science Daily, When severe infection causes long-term mood disorders: A promising avenue to prevent mental illness following a transient infection
  11. Various, Patients' perspectives of healthcare-associated infection: ‘you don't know what impacts it will have on your life, «Journal of Hospital Infection», 126 (2022) doi.org/10.1016/j.jhin.2022.04.014 
  12. M.W.M. Wassenbergab, D. Seversa, M.J.M. Bontenac, Psychological impact of short-term isolation measures in hospitalised patients, «Journal of Hospital Infection», 75 (2010), doi.org/10.1016/j.jhin.2010.01.023
  13. Purssell E., Gould D., Chudleigh J., Impact of isolation on hospitalised patients who are infectious: systematic review with meta-analysis, «BMJ Journal», 10 (2020), dx.doi.org/10.1136/bmjopen-2019-030371
  14. Madsen AF. Experience of source isolation during hospitalization – a qualitative study, «BMC», 4 (2015), doi.org/10.1186/2047-2994-4-S1-P95
  15. Australian Guidelines for the Prevention and Control of Infection in Healthcare. Guidelines on core com- ponents of infection prevention. Canberra: National Health and Medical Research Council; 2019.
  16. CDC, Engaging patients and families in infection prevention